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Capítulo 19.

—Jungkook... —fueron las únicas palabras que salieron de los labios del omega.

El alfa no sabía qué hacer o qué decir, quería abrazarlo y no soltarlo nunca, pero tal vez no era lo que Jimin quería.

—Jimin... ¿Cómo has estado? —se golpeó mentalmente, ¿en serio? ¿Preguntar el cómo ha estado fue lo que salió de su bocota?

—Bien...

No es cierto.

—Y tú, ¿cómo te va en la universidad?

—Apenas es la primera semana, pero creo que me está yendo bien —con mucha inseguridad dio un paso hacia el frente.

—Oh...

Ambos tenían tantas cosas que decir, Jimin realmente quería sentir la seguridad en los brazos de Jungkook, al menos por un momento.
 
—¿Estás buscando cereales? Este es muy bueno, no es dulce, son hojuelas de maíz, son muy deliciosas —el alfa intentó entablar conversación.

—¿A-Ah sí? —estaba muy nervioso, se acercó a su alfa... o al que era su alfa y vio aquel cereal que le estaba recomendando—. Bien, lo llevaré.

Estaban cerca, a unos 4 centímetros para que sus brazos chocaran, las manos de Jimin estaban inquietas, quería tomar aquella cálida mano, pero estar cerca de él, parecía ser más que suficiente.

Largos segundos en los que ninguno sabía qué decir, transcurrieron y seguido de un suspiro, el alfa habló.

—Tengo que volver... los libros no se estudian solos —tal vez su omega no quería estar con él y solo lo estaba presionando—. Hasta pronto.

Jimin entró en estado de ansiedad, quería detenerlo, sin embargo no sabía cómo.

Quiero decirte la verdad.

Su mano se estiró intentando alcanzar la del alfa.

Quiero decirte que te amo.
 
Pero aquel hombre estaba ya un tanto lejos y no pudo hacerlo.

¿Por qué no puedo decírtelo?

—¡Espera! —sus piernas y boca fueron más rápidas que su mente que antes que se diera cuenta ya lo había llamado y sostenido su mano derecha.

—¿Jimin? —el alfa simplemente se dio la vuelta sin tratar de separar sus manos.

El omega se dio cuenta de lo que hizo e inmediatamente se separó.

—L-Lo siento... yo no quise... perdón —sus manos estaban aún más inquietas y sus ojos querían llorar.

Al fin te tengo delante mío, ¿por qué no puedo decirte la verdad?

—No te preocupes —con su otra mano revolvió su cabello—. Hasta pronto —y volvió a darse la vuelta para ir al cajero y pagar por las cosas.

Vamos... ¿por qué no puedo decirte siquiera que te quiero?
 
—Te he extrañado mucho... —al fin salió de sus labios, pero el alfa ya estaba lejos y no logró escucharlo.

Ahí se quedó Jimin, parado en la sección de cereales con lágrimas corriendo por sus mejillas, lágrimas que salían por la impotencia de no poder hacer nada.

Te necesito.

Sus manos estaban apretadas en puños y su labio temblaba reprimiendo cualquier sollozo y es que ni se entendía a sí mismo, toda esa semana estuvo sufriendo por contactar y abrazar al alfa y cuando por fin pudo tenerlo cerca no hizo nada más que estupideces.

Me odio por tratar de alejarte.

Y en medio de sus lágrimas fue a pagar sus compras, no le quedaba nada por lo qué luchar, ni siquiera su dignidad o reputación.

✧✦✧

—Idiota, eres un idiota —Jungkook estaba sentado en el banco de un parque—. ¿Por qué no lo abracé? ¿Por qué no le dije lo mucho que lo extraño?
 
Se culpaba a sí mismo, pudo haberle invitado un café, haberle citado a algún lugar, ofrecerle un almuerzo, pero tampoco hizo nada.

Desde que me dejaste todo está sin brillo.

Jimin era su sol y Jungkook su girasol, pues a cada lado que Park iba, Jeon lo seguía pero, cuando lo dejó, su mundo se encontró en una noche eterna, su tallo fue cortado y se iba secando y marchitando con cada día que pasaba.

Ya vuelve, por favor.

Su corazón dolía al saber que si hubiera hecho algo, Jimin lo habría rechazado aplastando así lo único que quedaba de estabilidad emocional que tenía.

Lo que no sabía era que Jimin igual se moría por estar en sus brazos.

Si tan solo hubiera sido honesto con él, nada de esto estaría pasando.

✧✦✧

—Joven Kim, debe ir a la reu... —su mayordomo había entrado a la habitación de Namjoon, la cual estaba hecha un desastre, el alfa no quería que nadie entrara y un vaso estrellado en la pared cortaron sus palabras.

—Cancélalo —sus ojeras eran notorias, su cabello despeinado y sus ropas nada arregladas era lo que se notaba de él, tan impropio que si alguien lo viera no pensaría que se trata de Kim Namjoon.

Había pasado una semana desde que Jin había roto con él, intentó contactarlo de mil y un maneras, mensajes de texto, llamadas, ir a su departamento, citarlo en algún lado, pero nada había surgido efecto.

El beta no contestaba sus llamadas ni mensaje, pero si los leía, eso le dejaba un deje de esperanza de que detrás de esa pantalla seguía ese radiante beta que siempre tenía una gran sonrisa en el rostro.

—Joven amo, no puedo cancelarlo, es la reunión con sus padres y es en 20 minutos.

El alfa carraspeó y se paró de su cómoda cama, tomó otro trago de whisky y arreglando un poco su cabello y camisa se dispuso a hacerle caso a su mayordomo, si se negaba a esa reunión con sus progenitores, seguro que hasta adelantarán la boda otras dos semanas y terminarían casándolo en dos días.
 
En el transcurso hacia la casa de sus padres no pronunció palabra alguna, su mirada era fija en un punto no existente y en aquellos ojos no había ni un deje de alegría.

—¿Ahora qué?—el alfa habló llegando a la sala donde sus padres lo esperaban.

—Oh, cariño, te ves terrible —habló su madre.

—¿Y cómo quieren que me vea? Destruyen mi vida pensando que la están mejorando —sí, se había vuelto más hostil con sus padres desde que anunciaron su compromiso y es que eso ya era el colmo.

—No le hables así a tu madre —su padre lo regañó.

—¿Eso es todo lo que me tienen que decir? Porque tengo cosas que hacer.

—La boda se volvió a adelantar —su padre habló dejando atónito a Namjoon.

—Ya lo adelantaron dos meses, pero para ustedes cuanto antes mejor, ¿verdad?

—Así es, los padres de Park igual lo saben pero no sabemos si el mismo Jimin está enterado, la boda será en una semana, mañana mismo irás a medirte el traje de boda junto con Jimin.

—¡Me están cortando la vida!

—No te pongas así, escoger el traje es muy divertido, pero tú siempre de amarg... —Namjoon cortó las palabras de su madre.

—Adiós —se paró y se marchó mientras susurraba algo—. Váyanse a la mierda.

Sacó su teléfono y marcó al tercer número que había en este.

—Jimin...

Namjoonie... me quiero morir —al parecer el omega ya se había enterado de la noticia y aunque estaban hablando por teléfono, se notaba lo rota que estaba la voz de su amigo.

—Ma-Mantén la calma... ¿si?... yo... —quería decir que trataría de arreglar esto, pero no podía hacerlo—. Yo no puedo hacer nada para solucionar esto... —la impotencia lo carcomía y las lágrimas inundaron sus ojos, ¿quién dice que los alfas no lloran por estas cosas?

La llamada estaba en curso, dos corazones rotos a través de estos y otros dos en diferentes departamentos tratando de conciliar el sueño.

Pero en la mente de Jungkook seguía la imagen de Jimin, sus ojos no tenían nada de brillo y su sonrisa ni hizo aparición, otra vez, aquel omega le estaba quitando las horas de sueño.

Y con Jin no era muy diferente, realmente trataba de superar al alfa, superar los besos, abrazos, todas esas caricias vividas en esos 5 años de noviazgo pero le era simplemente imposible.

Pero, sus padres lo hacían por su bien, ¿no?

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